jueves, 8 de noviembre de 2012

En el jardín sí que se bifurcan los senderos


Si uno va a morir irremediablemente...¿daría lo mismo acelerar el proceso de una vez?
En el caso del suicidio, yo digo que no.
Pero si algún evento determinado en la vida y que es de sobra conocido por uno que ocurrirá (sin temor a equivocarse)...y más si involucra el bienestar momentáneo de otra persona: ¿valdría la pena acelerar el proceso? ¿evitar el escarbar bajo las uñas y acabar de plomazo con la luz y la ansiedad?
5 minutos perdidos ó 50 meses con sus lunas. ¿Habrá algún remedio casero, alguna pomada de sal y ajolote molido que cure las heridas que aún no se inflingen y sin embargo ya duelen?
Es como saber que están por sacarte un susto cargado, sentir que te tensas y te preparas para el guamazo...Y ¡bam! aún así brincas, se te va el aire y rechinas los dientes luego del grito invertido que te tragas.
No sé si, como en defensa personal, para escaparse de un knock out seguro lo mejor es correr hacia el puño del atacante, en vez de alejarse y protegerse.

Fotografía propiedad de Maggoz y de este espacio: 2012

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1 comentarios:

Blogger Uriel Cormorán ha dicho...

El instinto autodestructivo :)
Veo que has cambiado de piel, me agrada este tono de onda corta.

4 de diciembre de 2012, 16:38  

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