jueves, 6 de marzo de 2014

De las 400 víboras, que también las hay

Se acarreaban
se dejaban llevar como papelitos en el aire limpio tras la lluvia
Moscas
empujadas por el hedor fétido
O víboras que siguen la promesa de una carne no tan podrida
Nos reímos de ellas
Les pisamos la cabeza con el Niño Dios de madera mal pintado
como si de un zapato se tratase
Lo mismo con las golondrinas
y las aves de cabeza roja y pecho gris
Volaban atorados entre vidrios limpios que les anunciaban un mundo
y al momento siguiente les tronaban el cráneo

Pese a todo, me dije yo, es bonito esto, ustedes.
Los grandes colosos nevados nos veían cuando el resto del mundo les parecía aburrido
Eso me dijeron aquella noche de insomnio helado
Promesas
También hubo promesas
y también desmayos y fracturas
Pero las nubes que sobre nosotros se posaron no se retiraron jamás
generaban la brisa fresca necesaria
parecían generar oxígeno y aroma a lluvia

Y seguía yo, terco, buscando al arquitecto selecto, medio año o así
Y apenas vengo a encontrarlo, luego de tanto intento, un último estallido
un lengüetazo final y doy con la saliva preciosa.
Y al final, pese a los imbecilismos, por encima de la suciedad mundana y vecinal
pese a los microbuses, combis, borracheras, amenazas de hormigas que pretendían acabarnos
aquí seguimos, torcidos uno entre el otro, como salto de tigre en circo
como clavo en la pared
te quedas
y yo también me quedo.

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2 comentarios:

Blogger Uriel Cormorán ha dicho...

Me gusta este estilo tuyo, porque no es complicado y laberíntico, y porque no le pones erotismo como a la mayoría, algo tengo yo que el erotismo no activa mi hipotálamo.

30 de abril de 2014, 21:30  
Blogger Manuel Malagüero ha dicho...

Ahora que lo comentas y lo releeo, veo que tienes razón. El estilo, aunque de apariencia similar, tiene una estructura distinta a otras cosas que hago. Sabe qué andaría pensando en el momento, jejeje

30 de abril de 2014, 22:32  

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