miércoles, 2 de julio de 2014

Tragedia subcutánea (poema)

Checar mi pulso
Contar las arcadas de dolor y éxtasis
Exceso del mismo
Exceso de mí mismo
Simplemente a veces la vida me colma el plato de mierda y no atino a donde tirar las beneméritas piedras
El preludio del desquicio es la furia irrefrenable
La furia es irrefrenable cuando: a) no hay culpable o a quien empalar por los platos rotos o b) cuando el candidato a brocheta es uno mismo y lo reconoce.
Yo vi un lazo salir de tu muñeca
Guiaba a las criaturas serviles a tu regazo donde compartían sus estupefacientes secretos, sus dosis de nimiedad colérica.
Y yo estaba ahí, porque no estaba allá donde debería, si no aquí donde quería.
Y el barco se me hundió cuando apenas zarpaba. Náufrago de la ira a escasos metros del suelo pero atrapado en una corriente submarina.

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1 comentarios:

Blogger Uriel Cormorán ha dicho...

Este es bueno, es raro porque lo leo con mucha calma y parece que invita al desasosiego, pero eso le aporta un montón de valor, porque es como registrar los escombros de una guerra en curso.

19 de julio de 2014, 13:21  

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